El gran enigma de nuestra existencia: ¿Por qué estamos aquí?
Desde el principio de los tiempos, los seres humanos nos hemos enfrentado a una cuestión que trasciende culturas, épocas y creencias:
¿Nuestra existencia es fruto de un poder superior, del simple azar o hay una razón mucho más compleja que todavía no podemos comprender?,
Probablemente esta es la pregunta más antigua y profunda que el ser humano se ha formulado a sí mismo: ¿qué sentido tiene el hecho de nacer, de morir y de ser conscientes de esa realidad durante todo el tiempo que estamos aquí?. ¿cuál es la razón qué todo esto?.
Obviamente no vas a encontrar respuestas definitivas a esa cuestión en este episodio, por que nadie las tiene; aún así, te propongo adentrarnos en las distintas teorías que intentan arrojar luz sobre el gran enigma de nuestra existencia.
Y no son pocas esas teorías…, unas vienen planteadas desde la religión o la filosofía y otras desde la ciencia; cada una planteando su propia teoría.
A lo largo de nuestra historia, muchas personas, desde filósofos hasta científicos o guías espirituales, han intentado resolver el misterio, pero por el momento no se ha conseguido.
La filosofía lleva milenios dando vueltas a este asunto, pero no parece pretender explicar el «como», sino más bien en el «para qué» estamos aquí.
Hay doctrinas diversas y cada una de ellas tiene su propia versión. Por ejemplo, el existencialismo plantea algo así como que la vida no tiene un sentido en sí misma, sino que somos nosotros quienes debemos darle significado a través de las decisiones que tomemos para recorrerla. Es decir, que el sentido de la vida es una sucesión de elecciones basadas en la voluntad y deseos de la persona.
El término que puede servir para explicar ese planteamiento es la felicidad, ya que por lo general, es lo que suele dar significado a la vida de la inmensa mayoría de personas y cada una de ellas decide darle su propio sentido. Unos escogen el amor, otros la seguridad, el poder o la fama.
Otras doctrinas filosóficas plantean un sentido más trascendental. El budismo habla de la existencia como un transito del alma entre 10 estados de conciencia que vamos escalando a medida que purificamos el alma e un proceso continuado de nacimiento y muerte, hasta llegar a un nivel máximo de conciencia en el que la felicidad es absoluta.
Por otro lado, la ciencia tienes sus propios planteamientos sobre el sentido de nuestra existencia. A diferencia de la filosofía, en este caso no se busca necesariamente responder el «por qué» estamos aquí, más bien se centra en profundizar en el «como» hemos llegado hasta aquí, sin entrar demasiado en concretar cual es el propósito de ello o el factor que originó el inicio de ese proceso desde la nada.
Posiblemente la teoría más conocida que ha propuesto la ciencia en ese aspecto es la del Big Bang, que plantea un evento que dio origen al universo hace unos 13.800 millones de años.
Esa teoría explica que el origen de nuestra existencia fue un punto infinitamente pequeño y denso, que de repente se expandió y creó el tiempo, el espacio y la materia. Desde ese instante, las estrellas y galaxias se formaron, se fusionaron y con el paso del tiempo fueron creando los elementos que serían después esenciales para la vida tal como la conocemos.
El problema de esta teoría es que tampoco responde a otra pregunta esencial: ¿y por qué ocurrió el Big Bang? Si bien la ciencia puede explicarnos cómo se formó el universo, todavía no tenemos una respuesta clara del por qué.
Así que, en este punto, la ciencia se limita a darnos las herramientas para entender de qué modo hemos evolucionado hasta aquí, pero el «por qué» sigue siendo un misterio.
Por ejemplo, Darwin planteaba la teoría de la evolución para explicar cómo se ha desarrollado la vida. Los organismos evolucionan a través de la selección natural, un proceso en el que las especies mejor adaptadas a su entorno sobreviven y se reproducen.
La teoría de la evolución explica cómo la vida se adapta y cambia, pero no aborda el por qué de su existencia.
Hay otros planteamientos que son más intrigantes, como por ejemplo el «Princípio Antrópico».
Este principio sugiere que el universo parece estar «finamente ajustado» para permitir la vida. Hay constantes físicas —como la gravedad o la velocidad de la luz— que curiosamente están perfectamente calibradas para que las estrellas se formen, los planetas existan y la vida prospere.
Algunos lo ven como una prueba de que el universo ha sido diseñado de forma inteligente expresamente para generar vida. Otros, más escépticos, sostienen que es simplemente una coincidencia, y que, dado el tamaño del universo, es lógico que existan algunos rincones en él donde las condiciones sean las adecuadas para ello.
En otras palabras, que somos afortunados y que la vida es el resultado de un conjunto de reacciones químicas aleatorias y condiciones planetarias favorables que se han dado por simple coincidencia.
¿Pero realmente todo se puede resumir en que estamos aquí por un accidente cósmico?. ¿O hay algo más profundo detrás de todo esto?
Luego hay otras teorías algo más complicadas de entender para el humano de a pie y que relacionan física cuántica y conciencia.
Por aclarar un poco de qué va esto, la física cuántica estudia cómo funcionan las cosas más pequeñas del universo, como los átomos y las partículas que los componen.
A diferencia de las cosas grandes, que siguen reglas claras (como la gravedad), en el mundo cuántico, las partículas pueden comportarse de formas muy extrañas. Por ejemplo, pueden estar en varios lugares a la vez o pasar a través de objetos sólidos. Parece algo mágico, pero estamos hablando de ciencia. Es como si las reglas del universo fueran diferentes cuando miramos lo más pequeño.
La física cuántica trata de entender eso para utilizarlo en cosas como el desarrollo de tecnología, como fabricar computadoras extremadamente potentes, entender mejor el universo, o incluso también para encontrar una explicación a nuestra percepción de la realidad.
De hecho, en los últimos años, algunos científicos han planteado la posibilidad de que la física cuántica esté relacionada con procesos que ocurren en el cerebro y que tienen que ver con nuestra percepción de la realidad.
Si esto es cierto, la conciencia humana no sería solo el resultado de un impulso eléctrico entre células que permite que te muevas, pienses, sientas y te comuniques, sino algo mucho aún más complejo, misterioso y trascendente, de ahí que sea tan difícil llegar a demostrarlo y sobre todo a entenderlo.
Por cerrar esta lista con otra teoría más inquietantes, la película MATRIX planteaba un visión distópica de la realidad, en la que el desarrollo tecnológico descontrolado y exponencial de la sociedad acabaría destruyéndola y cambiando la percepción de la realidad al convertir al ser humano en una fuente de energía para alimentar otra realidad paralela controlada por máquinas inteligentes.
Hay quien cree que, en cierto modo, nuestra realidad es muy parecida a la de esa película y que no existe el derecho al libre albedrío, sino que nuestras vidas transcurren condicionadas al capricho de un poder superior y oculto que tiene todo el control sobre nosotros con el único interés de satisfacer sus necesidades.
Sea cual sea la teoría que más te convenza, todas ellas terminan en la misma reflexión… ¿Nuestra existencia es aleatoria o tiene un propósito?
La ciencia nos ha proporcionado teorías muy elaboradas sobre cómo se formó el universo y cómo apareció la vida, pero todavía no puede ofrecernos una respuesta definitiva que nos aclare cual es la razón por la que nos levantamos cada mañana en nuestra realidad.
Podemos comprender el como llegamos hasta aquí, pero posiblemente el motivo por el que lo hemos hecho sea una cuestión mucho más compleja y que va mucho más allá de lo que podemos medir o calcular, ya que el propósito de la vida no parece ser algo que se pueda descubrir con un microscopio, un telescopio.
Podría ser que efectivamente seamos fruto del azar, de una lotería cósmica que nos ha tocado a nosotros. O tal vez el verdadero sentido de la vida esté en lo espiritual, tal como plantean la filosofía o las religiones, o que todo esto no sea más que un sueño por el que debemos pasar de camino a un estado superior de conciencia.
Incluso es posible que todas las teorías anteriores tengan algo de razón o que estén totalmente equivocadas, o simplemente que nunca podamos resolver esta cuestión porque nuestro cerebro no esté suficientemente evolucionado para entender la respuesta.
La pregunta te la dejo aquí para que des tu propia opinión:
¿Es nuestra existencia un milagro divino o simplemente el resultado del azar en el universo?
Seguiremos hablando de este y de otros temas en La Guarida de Lycon. No olvides ayudarme con tu Like si te ha gustado este contenido, es muy importante. Te espero en el siguiente episodio.
Hasta pronto.
Miguel Ángel Beltrán
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